La música tradicional es una herencia viva que nos recuerda quiénes éramos y quiénes somos. Su integración con las fiestas de los pueblos y ciudades enriquece las celebraciones con autenticidad y autenticidad. Las melodías ancestrales resuenan en las plazas y calles, transportándonos a tiempos pasados y celebrando nuestra cultura compartida.